Hay un nombre para todo, y esa acción de no pagar tus deudas está definida y regulada, ¿ya sabes cuál es el término usado? Acá te lo contaremos, pues te hablaremos sobre la morosidad, qué es y cuáles son sus consecuencias, así como de la tasa con la que se mide y los registros a donde van las personas que no cumplen con sus obligaciones con los acreedores.
¿Qué significa morosidad y que diferencia hay entre morosidad y retraso en los pagos?
La morosidad es cuando no cumples con una obligación de pago en el tiempo establecido para ello (consignado en un documento), o sea que te atrasas en abonar a la deuda por un periodo más prolongado al vencimiento original y se acumulan impagos; mientras que el retraso se refiere al incumplimiento temporal, no a largo plazo, como cuando te pasas un par de días en cancelar una factura, pero te pones al día.
Esta se mide por la tasa de morosidad, que se obtiene dividiendo el valor de los créditos dudosos (los que están retrasados en pago por más de 90 días o los que es poco probable que pagues) entre el valor de los créditos totales, multiplicándolo por 100 para conseguir un porcentaje.
Tipos de morosidad
Hay diferentes tipos de morosidad, dependiendo del tipo de deuda del que surge el impago:
- En préstamos hipotecarios: Si no pagas tu hipoteca te podrías enfrentar a una ejecución hipotecaria.
- En préstamos personales: Se refiere a cuando no has pagado préstamos como el de un coche o el de la cuota de una tarjeta de crédito.
- En alquileres: Eres inquilino y no has pagado el alquiler, incumpliendo el contrato de arrendamiento.
- En facturas y servicios: No cumples con tus obligaciones con servicios como el del agua o la electricidad.
- En deudas empresariales: Una empresa no paga a sus trabajadores, proveedores o las cuotas de préstamos comerciales.
- En impuestos: En caso de no cumplir con tus obligaciones tributarias.
- En seguros: Fallas en el pago de las primas de los seguros.
- En cuotas de comunidades de propietarios: No pagas las cuotas o gastos comunes en los conjuntos de viviendas o edificios.
Además, hay clases de morosos: los fortuitos (quieren pagar, pero no tienen la liquidez), circunstanciales (tienen intención de pagar, pero por algún problema temporal no han podido hacerlo), intencionales (pueden pagar, sin embargo no quieren), desorganizados (se olvidan de las fechas del pago y del vencimiento) y negligentes (son desorganizados con sus obligaciones y no desean cumplir con ellas).
Consecuencias de la morosidad en préstamos y deudas
Si incumples tus pagos y eres moroso vas a encontrarte con consecuencias que afectarán tu estabilidad financiera y la posibilidad de que los bancos te dejen acceder a sus servicios.
Impacto negativo en el historial crediticio y puntuación de crédito
Cuando eres moroso te registran en ficheros como ASNEF, lo que afecta tu historial crediticio que queda con un reporte negativo y disminuye tu puntuación de crédito; así que, si quieres pedir un préstamo, alquilar una vivienda o contratar los servicios de un proveedor, probablemente van a declinar tu solicitud u oferta, o te pondrán condiciones más difíciles de cumplir.
Recargos, intereses adicionales y costos legales asociados con la morosidad
Al estar moroso en el pago de una deuda se generarán costes adicionales al de la cuota con la que no cumpliste; como recargos y multas por no atender tu obligación, intereses de mora (que son mayores a los ordinarios), tasas de interés moratorias que aumentan el monto total de la deuda, gastos legales cuando el acreedor cobra por vía judicial —o cuando se hace una ejecución hipotecaria—, y algunos por cobranza.
Factores que contribuyen a la morosidad
Existen diferentes factores que influyen en que seas moroso, unos que tienen que ver más contigo, y otros determinados por el entorno. Te los explicamos:
Problemas de flujo de efectivo y falta de presupuesto adecuado
Si tus ingresos mensuales son insuficientes e inestables, te endeudas para conseguir cosas innecesarias, no priorizas adecuadamente el pago de tus obligaciones en un presupuesto definido y no ahorras cuando puedes, posiblemente caigas en morosidad.
Eventos inesperados y situaciones de emergencia que pueden llevar a la morosidad
Hay situaciones que influyen en que tus ingresos reduzcan y que tus deudas aumenten, como perder tu empleo, sufrir de enfermedades graves, que fallezca alguien de tu familia o que te apoyaba económicamente, las crisis económicas, desastres naturales, daños en tus bienes y el aumento en las tasas de interés.
Cómo evitar la morosidad y manejar adecuadamente las deudas
¿Hay formas de prevenir la morosidad? ¡Por supuesto! Si eres organizado con tus cuentas, aprovechas tus buenos momentos financieros y te anticipas a las malas rachas, podrás reducir la posibilidad de resultar en mora. Te contamos:
Planificación financiera y establecimiento de un presupuesto realista
Sé inteligente financieramente, analiza cuáles son tus ingresos, gastos y el dinero que puedes destinar al pago de un préstamo antes de solicitarlo; también revisa las condiciones de las deudas, las tasas de interés y los plazos de pago, para que crees un presupuesto realista y calendario para registrar todas tus obligaciones, priorizarlas y no retrasarte en ninguna.
Además, te recomendamos reducir gastos, automatizar los pagos si crees que un descuido podría generar retrasos en ellos y crear un fondo de emergencia para imprevistos.
Estrategias para negociar con los acreedores y establecer acuerdos de pago
Si prevés que te retrasarás en pagos porque tu situación financiera no está tan bien como antes, lo mejor es que te comuniques con tus acreedores y les cuentes de tu incapacidad futura de cumplir con tu obligación. Así tendrán un poco de tiempo adicional para negociar otras formas de pago, un aplazamiento, una refinanciación o una reestructuración de la deuda.
Recursos y asistencia disponibles para personas en situación de morosidad
En España, existen diferentes recursos y organizaciones que ayudan a los morosos que quieren salir de esa situación, estas son algunas:
Organizaciones y agencias que brindan asesoramiento crediticio y deudas
Asociaciones de consumidores, la Asociación Española de Banca, el Instituto Nacional de Consumo y el Instituto Nacional de Seguridad Social son algunas de las organizaciones que ofrecen asesoramiento crediticio, en consumo, subsidios y para manejar la morosidad.
Programas de alivio de deudas y opciones de refinanciamiento
Si no puedes cumplir con tus pagos hay programas de alivio de deudas y opciones que puedes negociar con los bancos, como la refinanciación y reestructuración, congelar los intereses por unos meses o alargar el plazo de amortización (reduciendo las cuotas mensuales, pero aumentando el coste final).
En caso de que no lleguen a un consenso, o no cuentas con los recursos para pagar porque eres insolvente (y deudor de buena fe) acógete a la Ley de Segunda Oportunidad (LSO) y sé exonerado de tus deudas.
Como conclusión, eres moroso cuando dejas de pagar tus obligaciones por un periodo de tiempo prolongado, o sea que con retrasarte un par de días no lo eres, ni te agregarán en registros de morosidad (inclusión que podría determinarse por la tasa de morosidad).
A su vez, hay diferentes tipos de morosidad (según la deuda), así como diversas clases de morosos, que se diferencian por su intención y capacidad de pagar; lo que genera consecuencias como un historial crediticio manchado, disminución en la puntuación de crédito y costes adicionales que afectan tu economía.
En cuanto a los factores que la generan, están los eventos inesperados y tener un presupuesto inadecuado, que se pueden prevenir con planificación financiera y negociación con acreedores, y resolver con la LSO.
Finalmente, si necesitas salir de ficheros de morosos como ASNEF o si quieres renegociar tus deudas. En caso de tener más dudas, ¡contáctanos!