Cuando se inicia un proceso de Ley de Segunda Oportunidad, se deben cumplir varios criterios, siendo uno de los más importantes el de no haber intentado evadir las obligaciones financieras. A esto, entre otras actitudes, se le conoce como ser “deudor de buena fe’‘, y te contaremos qué es, con sus requisitos.
De antemano, te podemos decir que, aunque la Ley de la Segunda Oportunidad se vea como un proceso largo y tedioso, nada está más lejos de la realidad: si sigues cada uno de los pasos, y demuestras tener la actitud correcta para librarte de las deudas, lograrás salir victorioso.
¿Qué es un deudor de buena fe?
Uno de los requisitos más difíciles de interpretar para acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad, es la de cumplir el criterio de ser un deudor de buena fe. ¿Qué implica esto?
Dado que para muchas personas puede ser diferente el concepto de buen deudor, en los despachos judiciales se ha intentado esclarecer este aspecto.
Se trata de ser una persona que, aunque se encuentre con altas cargas financieras, haya intentado solventar, en la medida de lo posible, las deudas.
También alude a quien haya intentado buscar soluciones para los acreedores o mecanismos para renegociar los intereses o plazos de las deudas, para reducir poco a poco lo que se debe.
Además, se refiere a quien no haya tenido problemas judiciales o historial negativo con la ley. Especialmente, en temas de falsificación de documentos o evasión ante organismos de tributación estatal, como Hacienda.
Por último, ser deudor de buena significa no tener una condición de deudas ocasionada de forma premeditada o por malas intenciones. Por el contrario, se toma como buena fe el hecho de tener deudas impagables por situaciones fortuitas o calamidades de las cuales no se tenía control.
Requisitos para ser considerado un deudor de buena fe
La definición anterior nos da suficientes elementos de los requisitos a cumplir para ser un deudor de buena fe. Si bien se puede reducir a la “honestidad y buen hacer” de una persona, para fines judiciales, se debe cumplir con los requisitos de:
- Estar libre de procesos judiciales.
- Hallarse libre de imputaciones de insolvencia ocasionada consciente y voluntariamente.
- No haber tenido procesos de evasión fiscal, detrimento patrimonial o falsificación.
Situación jurídica del deudor
Uno de los aspectos claves para ser deudor de buena fe, es ser considerado una persona correcta y honesta. Como se mencionó anteriormente, esto puede ser algo abstracto. Pero, para la ley, existen unos aspectos claves a cumplir en este apartado.
Puntualmente, se trata de la situación jurídica del deudor. Este no puede haber tenido procesos judiciales desencadenados por falsedad de documentos o por delitos contra Hacienda. Así mismo, no puede haber sido procesado por crímenes como la extorsión o la evasión fiscal.
Acuerdo extrajudicial de pagos
Intentar llegar a un acuerdo con los acreedores es un factor esencial para ser considerado un deudor de buena fe. Con ello, se refuerza el hecho de que el moroso intentó hacer frente a sus obligaciones, independientemente del resultado obtenido.
Este acuerdo puede incluir quitas y supresiones de intereses, además de posibles aplazamientos de pagos, o tarifas más módicas en las cuotas, para que el moroso pueda asumirlas.
Artículo 84 de la Ley Concursal
Para tener condición de deudor de buena fe, se deben haber cancelado todos los créditos a la masa, tal y como lo estipula el artículo 84 de la Ley Concursal.
Recordemos que los créditos a la masa son aquellas obligaciones monetarias que se asumen después de acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad, que envuelve los honorarios del notario, y del Administrador Concursal. En algunas ocasiones, también incluye el 25% de los créditos privilegiados.
Aquí debe hacerse la salvedad que el juez podrá determinar que puede seguir siendo deudor de buena fe quien no haya podido pagar este 25% de créditos, debido a su situación de alta insolvencia.
Cancelación de las deudas del deudor de buena fe
Para obtener el Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho, es fundamental ser considerado deudor de buena fe. Recordemos que la obtención de este documento, el BEPI, emitido por un juez, es lo que realmente garantiza la disolución de las deudas.
Pero, para llegar a ello, se debe pasar primero por el acuerdo extrajudicial de pagos. Es aquí donde ser un deudor de buena fe toma especial protagonismo, ya que, evadir cualquier tipo de confrontación con las responsabilidades, y los acreedores, elimina la posibilidad de llegar a fases posteriores, y a lograr acuerdos.
Si no se logran acuerdos, se pasa a la fase de concurso consecutivo, con todas las liquidaciones de bienes que ello implica. Pero, a pesar de que eso suena a que el proceso no va bien, está pasando todo lo contrario.
Si al liquidar o rematar todos los bienes no se satisface la deuda, no quedará más opción que solicitar el BEPI definitivo, el cual eliminará cualquier tipo de deuda restante, ante la imposibilidad de pagarla.
Pero todo lo anterior se da gracias a que el deudor actuó de buena manera, siguiendo los protocolos enmarcados en la ley.
En síntesis, ser un deudor de buena fe no se trata sólo de ser un buen ciudadano, sino de tener un buen historial judicial, y haber realizado los movimientos adecuados frente a un problema de deudas.
¿Parece un camino difícil? ¡Nada de eso! Consulta con nuestros expertos, quienes te guiarán en los pasos a seguir para ser un deudor de buena fe, y obtener el tan anhelado BEPI.