La Ley de Segunda Oportunidad constituye un recurso legal que ha permitido durante sus 6 años de implementación en España la posibilidad a particulares y autónomos de renegociar o eliminar de forma parcial o total sus deudas. La ley no solo protege a quienes puedan beneficiarse de ella sino también respeta el derecho de cobro de los acreedores. Siempre que se demuestre la buena fe del deudor, la Ley de Segunda Oportunidad representa el único mecanismo legal para atravesar una situación de crisis o insolvencia.
¿Qué es la Ley de la Segunda Oportunidad?
La Ley de Segunda Oportunidad, de reducción de la carga financiera y otras medidas de orden social comenzó en España en 2015 regulada en la Ley 25/2015, del 28 de julio. Esta ley nació con el objetivo de beneficiar a particulares y autónomos que, por una razón u otra se encuentren en situación de sobreendeudamiento y por su condición actual no puedan hacer frente a la misma.
¿Quiénes pueden acogerse?
Pueden acogerse todas las personas físicas, familias y autónomos que reúnan los requisitos y decidan someterse al proceso. El procedimiento es muy similar en el caso de particulares y de autónomos. La diferencia reside en cómo se inicia dicho proceso. Los particulares deben iniciarlo ante un notario mientras que en el caso de los autónomos, se iniciará en el Registro Mercantil o Cámara de Comercio correspondiente.
En su inicio, esta ley sólo amparaba a las empresas o personas jurídicas a través de concurso de acreedores. Posteriormente, se amplió para que más personas pudieran beneficiarse. La ley permite, según el tipo de deuda, exonerar de forma total o parcial el monto de la misma.
Requisitos para acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad
La Ley de Segunda Oportunidad, como toda ley, tiene sus requisitos para poder beneficiarse de la misma. Dentro de los requisitos principales encontramos:
- No tener una deuda superior a los 5 millones de euros.
- No tener antecedentes penales de tipo socioeconómico, de falsedad documental, contra la Hacienda Pública, la Seguridad Social y los derechos de los trabajadores.
- No haberse beneficiado de la ley en los últimos 10 años.
- Actuar de buena fe.
¿Qué es actuar de buena fe?
En el caso de la Ley de Segunda Oportunidad, uno de los requisitos principales es siempre actuar de buena fe, pero ¿Qué significa actuar de buena fe?.
La buena fe del deudor se demuestra en todas las etapas del proceso de Ley de Segunda Oportunidad. Demostrando siempre que la persona tiene intención de pagar pero que no puede hacer frente a los pagos por la situación actual en la que se encuentra. Además, que dicha persona física no cuenta con ningún bien o inmueble con los cuales hacer frente a la misma.
También se considera un acto de buena fe que haya tratado de alcanzar un acuerdo extrajudicial con los acreedores antes de iniciar la etapa de concurso consecutivo, que no se encuentre en esa situación de insolvencia a propósito y que no haya rechazado una oferta de empleo de acuerdo a sus capacidades.
¿Qué deudas se pueden cancelar?
Cuando se implantó en 2015, la Ley de Segunda Oportunidad solo contemplaba deudas de ámbito privado. A partir de 2019 hubo un auto judicial que incluyó deudas de tipo público con la Seguridad Social y Hacienda. Esta decisión ha permitido que estas deudas de carácter público se puedan incluir dentro del proceso de Ley de Segunda Oportunidad. Cabe destacar que en el caso de las deudas de carácter público con la Seguridad Social y Hacienda no procede la exoneración total de la deuda, sino parcial de hasta un 70% del total de los intereses y sanciones, pagando el resto a plazos.
Quién te puede ayudar a acogerte a la Segunda Oportunidad
Desde la Asociación Española de Afectados por la Deuda ofrecemos nuestra experiencia, ya que estamos integrados por personas que han pasado por el proceso de Ley de Segunda Oportunidad para poder ayudar a todos aquellos que se encuentran en situación de insolvencia a que conozcan si pueden o no beneficiarse de la ley concursal.