"Las tarjetas revolving funcionan como un crédito, por lo que los pagos se realizan en cuotas que se fijan con el banco. Pero no todas las tarjetas funcionan de la misma manera, algunas pueden ser muy peligrosas. ⚠️"
17 enero 2022
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Asociación Española de Afectados por la Deuda

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Obtener una tarjeta de crédito puede ser una solución útil en determinadas situaciones, como cuando surge un gasto inesperado o se necesita flexibilidad en los pagos. Sin embargo, no todas las tarjetas funcionan de la misma manera, y algunas pueden convertirse en un problema financiero si no se utilizan con precaución. Entre ellas, destacan las tarjetas revolving, un tipo de crédito que, aunque promete comodidad y pagos flexibles, puede generar una espiral de deuda difícil de controlar.

Estas tarjetas tienen la particularidad de funcionar como un crédito al consumo, donde los pagos se realizan en cuotas mensuales en lugar de liquidar la deuda en su totalidad a final de mes. A simple vista, esto puede parecer una ventaja, pero en realidad esconde un riesgo importante: las tasas de interés suelen ser extremadamente altas, lo que hace que la deuda se prolongue en el tiempo y se vuelva cada vez más difícil de saldar. En muchos casos, los usuarios terminan pagando mucho más en intereses que en capital, sin darse cuenta de que la deuda apenas disminuye.

Pero, ¿cómo funcionan exactamente estas tarjetas? ¿Por qué pueden convertirse en un problema financiero? Y, lo más importante, ¿cómo puedes protegerte si ya tienes una? En este artículo, te explicaremos en detalle los peligros de las tarjetas revolving, cómo identificar sus riesgos y qué puedes hacer para evitar caer en una trampa de endeudamiento prolongado.

Cómo funcionan las tarjetas revolving

A pesar de tener un formato de tarjeta, este producto financiero funciona como un crédito al consumo, o crédito personal, por lo que los pagos se realizan en cuotas que se fijan con el banco.

¿Qué significa esto? Que puedes aplazar los pagos y simplemente acordar con el banco qué tarifa vas a pagar todos los meses, a diferencia del uso de una tarjeta de crédito tradicional, donde hay una fecha estipulada a fin de mes para pagar el monto en su totalidad, sin intereses.

Podría decirse que las tarjetas revolving son como un fondo extra de dinero que puedes usar hasta agotar, y reestablecer poco a poco, a medida que se paga, con el peligro de que los intereses que se pueden generar sean muy elevados, si se aplazan demasiado las fechas de pago.

Formas de pago de las tarjetas revolving

Las tarjetas revolving ofrecen dos modalidades principales de pago que se acuerdan al momento de su contratación. La primera consiste en abonar mensualmente un porcentaje del saldo total adeudado. Por ejemplo, si se establece un pago del 10%, cada mes se destinará ese porcentaje al saldo pendiente, incluyendo tanto el capital como los intereses generados. Esta opción permite ajustar el pago mensual al monto de la deuda, pero si el porcentaje seleccionado es bajo, el periodo de amortización se prolongará, incrementando el costo total debido a los intereses acumulados.

La segunda modalidad implica el pago de una cuota fija mensual, determinada dentro de unos límites mínimos y máximos establecidos por la entidad emisora de la tarjeta. Esta cuota permanece constante independientemente del saldo adeudado. Aunque proporciona previsibilidad en los pagos, elegir una cuota fija baja puede resultar en un alargamiento considerable del periodo de amortización, ya que una parte significativa de la cuota se destina a cubrir los intereses, dejando una porción menor para reducir el capital principal. Esto puede llevar a que la deuda se mantenga durante un tiempo prolongado, aumentando el costo total del crédito.

Es fundamental que los usuarios comprendan las implicaciones de cada modalidad de pago y seleccionen la opción que mejor se adapte a su capacidad financiera y objetivos de amortización. Además, es aconsejable revisar periódicamente las condiciones de la tarjeta y considerar ajustes en las cuotas o porcentajes de pago para evitar una acumulación excesiva de intereses y una prolongación innecesaria de la deuda.

¿Cuál es el peligro de las tarjetas revolving?

Aunque se puede pensar que el máximo peligro de este tipo de tarjetas es que funcionan como un crédito al consumo, incentivando las compras inmediatas y el gasto no meditado, en realidad su verdadero peligro se esconde en los altos intereses que se aplican.

Al existir constantemente una deuda en la tarjeta, siempre se van a generar unos intereses para nada despreciables, y su acumulación es lo que causa la imposibilidad de pagar la deuda. De hecho, muchos clientes de este tipo de tarjeta terminan pagando más intereses que dinero en préstamo, lo que los lleva a situaciones de insolvencia.

A lo anterior, se le suma un riesgo muy delicado para los compradores impulsivos: este tipo de tarjetas permiten realizar compras sin tener saldo, pero una vez se va pagando el crédito cada mes, se va restituyendo la capacidad de endeudarse. En otras palabras, es altamente probable caer en un círculo de sobre endeudamiento, que restrinja la posibilidad de acabar con la deuda.

Tener cuotas muy bajas de pagos, e intereses acumulándose, son una mezcla muy arriesgada, que pueden hacer que la situación se salga de las manos, y se eleve la deuda a una cantidad impagable, en un lapso de tiempo relativamente corto.

¿Qué intereses tienen las tarjetas revolving?

Las tarjetas revolving se caracterizan por ofrecer cuotas de pago mensuales aparentemente asequibles. Sin embargo, estas cuotas esconden tasas de interés notablemente elevadas, lo que dificulta la reducción efectiva de la deuda, incluso cuando los pagos se realizan puntualmente. Según datos recientes, la Tasa Anual Equivalente (TAE) promedio de las tarjetas revolving en España se sitúa en torno al 23,24%, superando en 4,70 puntos porcentuales a las tarjetas de crédito tradicionales, que tienen una TAE promedio del 18,45%. Esta diferencia es aún más pronunciada cuando se compara con los préstamos al consumo, que presentan una TAE media del 7,52%.

En febrero de 2023, el Tribunal Supremo de España estableció que para considerar usurario el interés de una tarjeta revolving, este debe superar en más de seis puntos porcentuales el tipo medio de mercado en el momento de la contratación. Por ejemplo, si el tipo medio es del 19%, un interés sería considerado usurario si excede el 25%. Esta jurisprudencia ha llevado a numerosos usuarios a presentar reclamaciones contra entidades financieras, alegando la aplicación de intereses abusivos en sus contratos de tarjetas revolving.

Es importante que los consumidores sean conscientes de estas elevadas tasas de interés y de las posibles implicaciones financieras antes de contratar una tarjeta revolving. Una gestión responsable y una comprensión clara de las condiciones contractuales son esenciales para evitar situaciones de endeudamiento excesivo.

Usar las tarjetas revolving de manera responsable

Incluso con todo lo mencionado, existe una forma de hacer uso de este tipo de tarjetas de manera responsable, y se trata de pagar a fin de mes toda la deuda, o la máxima cantidad de esta, para que funcionen como una tarjeta de crédito tradicional, sin generar altos intereses.

Normalmente los bancos no van a mencionar este beneficio, sino que harán énfasis en la “comodidad” de poder pagar mucho después, y a cuotas muy bajas. Pero, como se explicó anteriormente, esos pequeños montos esconden los intereses altos, de los que se lucran las entidades financieras.

Es importante resalar que el uso de estas tarjetas debe darse bajo casos muy específicos, como compras muy puntuales que sean de vital importancia, y que no puedan hacerse en el momento con otro medio de pago.

Algo que también ayuda a usar adecuadamente este tipo de tarjetas, es el hecho de llevar un control de gastos, ya bien sea con un archivo personal, o con aplicaciones móviles. Esto hará que puedas medir de forma oportuna la cantidad de ingresos y egresos, conocer a fondo tus finanzas, y evitar compras impulsivas e innecesarias.

En conclusión, las tarjetas revolving son una opción que debe usarse con mucha precaución, ya que su empleo desmedido puede generar situaciones de insolvencia de forma muy rápida. Si has tenido casos de pagos reiterativos y en exceso con este tipo de tarjeta, existe una forma de reclamación, gracias a la ley de Azcárate (o Ley de Usura). Contáctanos, y analizaremos tu caso, para ayudarte, e indicarte los pasos a seguir.

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