Enfrentar una situación de deuda puede ser abrumador, especialmente si no estás seguro de cuáles son tus derechos o si tus obligaciones financieras todavía son exigibles. Uno de los aspectos menos conocidos, pero cruciales, es la prescripción de las deudas, un concepto que determina si los acreedores aún tienen la posibilidad legal de reclamar el pago.
¿Sabías que, dependiendo del tipo de deuda, existe un periodo de tiempo límite para que estas puedan ser exigidas? Esto significa que, en ciertos casos, podrías estar libre de responsabilidad si se ha cumplido el plazo estipulado por la ley.
En este artículo, abordaremos todas tus dudas sobre la prescripción de deudas. Exploraremos qué significa este término, cómo afecta a diferentes tipos de obligaciones financieras y los tiempos de prescripción según la naturaleza de la deuda. Además, te daremos herramientas para identificar si tus deudas podrían haber prescrito y cómo proceder si ese es tu caso.
Independientemente de si tus deudas están relacionadas con préstamos bancarios, tarjetas de crédito, hipotecas, alquileres, servicios básicos o cualquier otro tipo de obligación financiera, aquí encontrarás la información necesaria para comprender tu situación y tomar decisiones informadas.
¿Listo para saber más? Sigue leyendo y descubre si tus deudas han prescrito y cómo puedes manejar tu situación financiera de manera efectiva.
Condiciones para que una deuda prescriba
Se considera que una deuda queda extinta cuando el acreedor nunca ejerció su derecho de cobro de ninguna forma (mensajes, correos, de forma verbal), ni inició un proceso judicial para ello, en unos plazos de tiempo estipulado. Pero, ¡cuidado! Todos los compromisos financieros son diferentes, y cada uno tiene distintas formas de aplicar este requisito. A continuación, te presentamos los criterios de prescripción de las deudas más comunes.
¿Cuándo prescriben las deudas?
Generalmente las deudas prescriben en un periodo de cinco a veinte años, y el margen tan amplio es debido a que la prescripción dependerá del tipo de deuda. Por ejemplo, los créditos de relativamente poca cuantía expiran cerca de un lustro, en tanto que las hipotecas y grandes sumas pueden tardar hasta dos décadas para ser consideradas en estado de caducidad.
Aun así, hay muchas situaciones específicas que deben analizarse para saber cuando prescribe cada tipo de deuda, por lo que es bueno tener una asesoría legal de alguien que conozca bien el Código Civil, y la Ley de Enjuiciamiento Civil.
¿Cuándo prescribe una deuda hipotecaria?
El pago de una hipoteca es uno de los compromisos financieros más estrictos y difíciles de eludir debido al sólido sistema de gestión de cobros de las entidades bancarias. Según el artículo 1964 del Código Civil, una deuda hipotecaria prescribe después de veinte años desde la fecha de vencimiento estipulada en el contrato. Sin embargo, para que esta prescripción ocurra, es necesario que el banco o la entidad financiera no haya intentado ningún tipo de cobro, notificación, o acción legal durante todo este periodo, lo cual es extremadamente raro, ya que las entidades financieras suelen ser proactivas en la gestión de estos créditos.
Además, es importante tener en cuenta que, aunque la deuda prescriba, el bien hipotecado sigue siendo garantía de pago, por lo que el acreedor podría ejecutar la hipoteca en cualquier momento antes de que transcurra dicho plazo.
¿Cuándo prescribe una deuda con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social?
Las deudas contraídas con la Agencia Tributaria o la Seguridad Social tienen un periodo de prescripción relativamente corto en comparación con otros tipos de deudas. Según el artículo 66 de la Ley General Tributaria, estas deudas prescriben a los cuatro años desde la fecha en que finalizó el plazo para presentar la declaración correspondiente.
Sin embargo, la prescripción puede interrumpirse si la administración emite una notificación de cobro o realiza cualquier acción dirigida a reclamar el importe debido. Esto significa que, en la práctica, la Agencia Tributaria y la Seguridad Social suelen ser muy diligentes en sus reclamaciones, lo que hace improbable que las deudas prescriban sin acción previa.
¿Cuándo prescribe una deuda por suministros?
Las deudas por servicios básicos como agua, electricidad, gas o telefonía tienen un plazo de prescripción de tres a cinco años, dependiendo de la legislación autonómica y el tipo de suministro. Este periodo comienza a contar desde el momento en que se generó la deuda, siempre y cuando la empresa prestadora del servicio no haya notificado al usuario o realizado una reclamación formal durante este tiempo.
Sin embargo, las compañías de suministro suelen tener procesos bien establecidos para realizar recordatorios y emitir facturas pendientes, lo que hace poco probable que estas deudas lleguen a prescribir sin que el cliente reciba notificaciones previas.
¿Cuándo prescribe un préstamo personal?
Los préstamos personales tienen un periodo de prescripción de cinco años, según la Ley 42 de 2015, que introdujo modificaciones al Código Civil español. Este plazo se cuenta desde que el pago de la deuda se hace exigible o desde el último intento de cobro por parte de la entidad bancaria.
Es importante destacar que los bancos y las entidades financieras suelen estar bien protegidos y rara vez permiten que una deuda prescriba sin realizar múltiples intentos de cobro, ya sea a través de cartas, llamadas, o incluso procedimientos judiciales. Esto significa que, aunque el plazo de prescripción existe, es poco común que no se interrumpa.
¿Cuándo prescribe la deuda de la tarjeta de crédito?
Las deudas relacionadas con el uso de tarjetas de crédito también prescriben a los cinco años, al igual que los préstamos personales. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que la prescripción implica que la entidad bancaria ya no podrá reclamar judicialmente el pago de la deuda, pero esto no significa que la deuda desaparezca completamente. El impago seguirá registrado en el historial crediticio del deudor, lo que puede tener consecuencias negativas en su capacidad para obtener nuevos créditos o productos financieros en el futuro.
¿Cuándo prescribe una deuda por impago de pensión?
En las deudas de pensión ocurre una situación especial, denominada tracto sucesivo. Esto quiere decir que, como es un pago que se debe hacer mensual, no caducan a los cinco años desde que se estipula la sentencia, sino desde que se incumpla el último pago, por lo que es una infracción reiterativa, como lo estipula el artículo 132 del Código Penal.
Por ejemplo, si se hace una reclamación en 2020 por impago de pensión desde 2014, en teoría esa deuda ya estaría caduca desde 2019. Pero en realidad, el último pago de esa pensión a considerarse para la cuenta de caducidad sería justamente la del 2019 (recordemos que se toma en cuenta la última vez que se cometió el no pago). Por lo tanto, la deuda quedaría prescrita en realidad en el 2024, aunque al haberse hecho una reclamación, ya el tiempo no contaría, y se tendría que pagar.
¿Cuándo prescribe la deuda por un alquiler?
Para las deudas por alquiler también se aplica un plazo de cinco años, pero es muy poco probable que ese periodo de tiempo no se haga cobro de la deuda, o que no se imparta al menos una notificación. Es decir, si han pasado tres años del no cobro del alquiler, pero se realiza al cuarto año, el tiempo dejaría de contar, y se tendría que pagar la obligación de la deuda.
¿Cuándo prescriben las multas?
Las multas, especialmente aquellas relacionadas con infracciones de tráfico o sanciones administrativas, tienen dos tipos de plazos de prescripción a considerar: la prescripción de la notificación y la prescripción del cobro. Ambas son cruciales para determinar si la deuda asociada a una multa puede ser legalmente exigible.
1. Prescripción de la notificación
Las entidades públicas responsables de imponer las multas tienen un plazo limitado para notificar al infractor. Según el tipo de infracción, los plazos son los siguientes:
- Infracciones leves: Prescriben a los tres meses desde que se cometió la infracción.
- Infracciones graves o muy graves: Prescriben a los seis meses desde la comisión de la infracción.
Si no se realiza la notificación dentro de estos plazos, la multa queda prescrita y no puede ser exigida. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la notificación puede realizarse por correo certificado, y el plazo puede considerarse interrumpido si se demuestra que el infractor fue notificado de alguna manera válida.
2. Prescripción del cobro
Una vez notificada la multa, el plazo para que la administración pública pueda exigir su cobro es de cuatro años. Este plazo comienza a contar desde la fecha en que la sanción se convierte en firme (es decir, cuando ya no es posible recurrirla). Durante este tiempo, si la administración no realiza ninguna acción para reclamar el pago, la deuda asociada a la multa prescribe.
Es importante destacar que, al tratarse de deudas con la administración pública, las consecuencias del incumplimiento pueden ser más severas. Antes de que transcurra el plazo de prescripción, las autoridades pueden realizar embargos sobre bienes, cuentas bancarias o incluso retenciones en devoluciones fiscales. Por ello, aunque el plazo de prescripción puede brindar un alivio, es fundamental estar atento a cualquier acción de cobro que reinicie los plazos legales.
¿Cuándo prescribe una deuda con las aseguradoras?
Las deudas con aseguradoras, derivadas de la falta de pago de pólizas o indemnizaciones, tienen plazos de prescripción que varían según el tipo de seguro contratado. Estas deudas están reguladas por el artículo 23 de la Ley de Contrato de Seguro, que establece diferentes plazos dependiendo del caso.
1. Seguros por daños
Los seguros destinados a cubrir daños materiales, como seguros de hogar, automóviles o industriales, tienen un plazo de prescripción de dos años. Este periodo comienza a contar desde el momento en que la aseguradora comunica al asegurado la obligación de pago o desde el vencimiento del contrato.
Por ejemplo, si una persona no paga una prima del seguro de su coche y no recibe ninguna notificación ni acción por parte de la aseguradora en dos años, la deuda puede considerarse prescrita. Sin embargo, en la práctica, las aseguradoras suelen actuar rápidamente para evitar la pérdida del derecho de cobro.
2. Seguros de personas
En el caso de seguros relacionados con la vida, accidentes, salud u otros contratos que afecten directamente a las personas, el plazo de prescripción es mayor, de cinco años. Este plazo comienza a contar desde la fecha en que la aseguradora notifica al asegurado la obligación de pago o desde el momento en que se hace exigible la prima correspondiente.
Por ejemplo, si una persona contrata un seguro de vida y no paga una prima, la aseguradora tiene hasta cinco años para reclamar esa deuda. Después de ese tiempo, si no se ha realizado ninguna acción de cobro, la deuda prescribe y ya no puede ser exigida.
Consideraciones importantes
- Notificaciones válidas: Cualquier acción de la aseguradora para reclamar el pago, como enviar cartas, realizar llamadas telefónicas o iniciar procedimientos legales, interrumpe el plazo de prescripción y lo reinicia.
- Renovación de contratos: Si un contrato de seguro se renueva automáticamente, el plazo de prescripción puede extenderse dependiendo de los términos acordados.
- Consecuencias del impago: Aunque una deuda con la aseguradora prescriba, el impago puede generar problemas adicionales, como la pérdida de la cobertura, dificultades para contratar futuros seguros o daños en el historial crediticio.
La prescripción de deudas con aseguradoras brinda cierta protección a los asegurados, pero es fundamental estar al tanto de los plazos y las notificaciones, ya que las aseguradoras suelen ser diligentes en la gestión de sus derechos de cobro.
Cómo afrontar las deudas si son reclamadas dentro de los plazos
Aquí lo fundamental es que tengas una buena asesoría jurídica, para que puedas asegurarte de que las reclamaciones se están haciendo dentro de los plazos estipulados para cada tipo de deuda. También es prudente que hagas un recuento de tus finanzas, para que lleves un control histórico, y puedas verificar las reclamaciones.
Ley de la Segunda Oportunidad
En conclusión, se puede decir que las deudas sí prescriben, pero las probabilidades de que ocurra son bajas, y, por si fuera poco, aun cuando no sean cobradas, el mal historial crediticio seguirá ahí. Una buena manera de salir de pagos imposibles de asumir es con la Ley de la Segunda Oportunidad, ya que se pueden renegociar las deudas, entrar en acuerdo con las entidades financieras para pagarlos, o incluso, solicitar su cancelación absoluta ante un juez. Si requieres asesoría de tu situación, comunícate con nosotros. Podemos ayudar a resolver tu situación.