Para empezar a hablar sobre los riesgos y las responsabilidades que tiene ser un avalista, primero debemos recordar lo que es uno. De acuerdo al Banco de España la función de un aval es: “servir de garantía para el cumplimiento de obligaciones, asumiendo el pago de una deuda de otra persona si esta no lo hace”.
De esta forma, se explica entonces que el aval bien puede ser una persona física o jurídica que garantiza el cumplimiento de sus obligaciones, y precisamente de ahí surge su nombre.
Cuando se avala un préstamo hay varios figuras que intervienen: por un lado está el avalista que como te definimos atrás es quien brinda la garantía de pago en caso de que el titular no pueda hacerlo, y por otro está la persona avalada que es quien recibe el aval.
Generalmente, las deudas donde se hace uso de la figura del aval son de una cuantía importante por lo cual también hay una serie de requisitos que le solicitan a quien va a dar el aval, entre las que se encuentra el demostrar la misma solvencia que el titular del préstamo e incluso una mayor.
De acuerdo a la responsabilidad que haya adquirido el avalista, el acreedor podrá incluso llegar a cobrar la deuda o llevar a cabo un cobro por vías legales, pero sobre esto hablaremos a fondo más adelante.
Con este breve contexto sobre la figura del aval en cuenta, en esta ocasión te hablaremos sobre lo que debes saber antes de avalar un préstamo, los riesgos que se tienen al hacerlo, así como los derechos, lo que ocurre si el titular no paga y si es posible salir como avalista de un préstamo.
¿Qué debo saber antes de avalar un préstamo en España?
Antes de avalar un préstamo en nuestro país primero se deben conocer los requisitos existentes para poder serlo, donde se incluyen los siguientes:
- Ser mayor de edad.
- Tener ingresos estables y suficientes.
- No tener deudas pendientes de pago.
- Tener un patrimonio suficiente para hacerse responsable en caso de que la persona avalada no lo haga.
Otra información clave que se debe conocer antes de ser avalista son los tipos de responsabilidad que existen que son dos: la responsabilidad solidaria que implica que en caso de impago el acreedor puede cobrarle al aval y al deudor el total de la paga.
Y la responsabilidad subsidiaria en la cual el banco o el acreedor deberá acudir primero al titular de la deuda y en caso de impago como segunda opción podrá ir al aval.
¿Cuáles son los riesgos de ser avalista de un préstamo?
Hay varios riesgos de ser avalista de un préstamo, ya te mencionamos algunos como el hecho de que te cobren a ti la deuda que no ha sido saldada por parte de quien se hizo responsable ante el acreedor.
El segundo punto a tener en cuenta es que se puede ser incluido en la lista de morosos, también en el Registro de la Central de Información de Riesgos en siglas CIRBE, del Banco de España.
A la Cirbe llega la información de la deuda avalada, la entidad con la que se realizó el crédito, y los datos que van a afectar el historial crediticio del avalista, esto a su vez influye de forma negativa en la posibilidad de realizar actividades financieras a futuro.
Otro riesgo importante cuando se es aval es que este también se hereda, lo que implica que si el aval muere, y el titular de la deuda no pagó se puede heredar a los hijos la responsabilidad.
Finalmente, cabe recordar que, ante el impago del titular de la deuda, y la imposibilidad de pagar por parte del aval el acreedor puede reclamar por vías judiciales, con la posibilidad de que se llegue hasta el embargo en los peores casos.
¿Qué derechos tengo como avalista en un contrato de préstamo?
Pese a que el ser avalista supone un gran riesgo, en caso de que se de impago por parte del titular de la deuda, quien avala también tiene derechos donde se encuentran:
- Estar informado sobre el contrato que fue firmado entre el deudor y el acreedor, así como conocer la responsabilidad de pago que tiene. Esta debe estar consagrada en el contrato o en las cláusulas anexas.
- Tiene derecho a que se le cobren, en caso de impago, las cantidades debidas, que deben estar acordadas previamente también en el contrato.
- Derecho a la defensa.
- Derecho al debido proceso, esto se da sobre todo en los casos de impago por parte del deudor y cuando se acude directamente a él. No se puede, por ejemplo, saltar a un embargo sin antes haber hecho una solicitud de pago.
¿Qué ocurre si el titular no paga y soy avalista?
Cuando el titular de la deuda no paga y se es avalista lo primero que pasa es que el acreedor irá a cobrar la deuda donde el aval, cuando este tampoco pueda pagar la deuda se puede acudir al cobro judicial.
Si en el juicio monitorio tampoco se llega a un acuerdo, y el impago persiste, el paso a seguir es el embargo solicitado por el acreedor, pero cabe recordar que es la última alternativa a la que se acude y que es al deudor a quien se embarga primero.
El debido orden de los embargos está contenido en el artículo 592 de la Ley de Enjuiciamiento Civil donde se menciona que se inicia con el dinero o las cuentas corrientes, seguido de los créditos y derechos realizables a corto plazo, y terminando por los bienes inmuebles, los sueldos y salarios.
¿Es posible salir como avalista de un préstamo?
Pese a que generalmente se deja de ser avalista solo cuando la deuda deja de existir si es posible salir como avalista de un préstamo cuando los contratos firmados contengan cláusulas donde las entidades financieras hayan condicionado a que el avalista renunciara a sus derechos.
Esto, sin que los avalistas hayan sido previamente informados de forma clara sobre las implicaciones de firmar un contrato con tales determinaciones. La falta de transparencia al momento de firmar puede servir para que se demuestre que el avalista no fue informado con anterioridad y se pueda dejar de ser avalista de un préstamo.
A modo de resumen, antes de ser aval se debe saber el grado de responsabilidad que se va a contraer en caso de que el titular no pague, que el aval puede heredarse y que se puede ver afectado el historial crediticio. Si este artículo te fue útil, pero necesitas más información sobre este tema, puedes escribirnos.