Durante este año, miles de personas han tenido que recurrir a mecanismos que les permitan pagar sus deudas con Hacienda sin sacrificar todo su patrimonio. Aquí te presentaremos dos de ellos, el aplazamiento y el fraccionamiento de las deudas tributarias, y te explicaremos cómo funcionan.
¿Qué es el aplazamiento y fraccionamiento de la deuda tributaria?
No es difícil intuir de qué se trata el aplazamiento y fraccionamiento. Como imaginarás, no es más que dividir la obligación financiera que se tiene con Hacienda en varias partes y establecer una fecha más flexible para su pago.
Estas acciones se encuentran reguladas en la Ley 58 de 2003, o Ley General Tributaria, en su artículo 65. Por medio de ella, se establece la normativa que puede llevar a alguien a solicitar el fraccionamiento y el aplazamiento, ya que no es un hecho que pueda otorgarse a todos los ciudadanos.
¿Cuál es la diferencia entre fraccionamiento y aplazamiento?
En el fraccionamiento, como su nombre indica, lo que se realiza es una división de la deuda, de tal forma que se difieren los montos a pagar en varias cuotas.
De esta forma, si la cuantía de la deuda es de 6.000 euros, se puede llegar a un acuerdo para efectuar 6 pagos de 1.000 euros cada uno.
El aplazamiento, por su parte, extiende las fechas de pago, añadiendo tiempo con el fin de exceder los límites en los cuales el deudor se supone que debió pagar.
Puede decirse que, mientras que el fraccionamiento permite que se paguen cuotas pequeñas cada cierto tiempo, el aplazamiento lo que hace es extender el plazo de pago, pero éste debe hacerse, en el futuro, por la totalidad de lo que se adeude.
Ambas prácticas son comunes para los deudores que no pueden hacer frente a sus obligaciones tributarias, pero deben ser solicitadas con justificaciones y pruebas, ya que Hacienda no otorga plazos extra o condiciones especiales de pago en tanto no se pueda demostrar la insolvencia o dificultad económica.
¿Cuándo se puede aplazar o fraccionar el pago de la deuda tributaria?
Es importante tener en cuenta que el fraccionamiento o el aplazamiento de deudas puede pedirse tanto cuando la deuda está en periodo voluntario, es decir, no ha vencido, como cuando se encuentra en periodo ejecutivo, lo que significa que venció y tiene morosidad.
Si la solicitud se hace en el periodo voluntario, la deuda no llegará a vencer, pero se generarán unas cláusulas de pagos, con fechas específicas.
En contraparte, si la solicitud se efectúa con la deuda vencida, es decir, en un periodo ejecutivo, los embargos y sanciones no se detendrán, hasta que no se notifique que la deuda puede ser aplazada o fraccionada.
¿Cuánto tiempo se puede aplazar una deuda tributaria?
Como se mencionó anteriormente, las deudas no pueden ser aplazadas indefinidamente, ni mucho menos se puede utilizar este mecanismo de forma reiterativa para eludir el pago. Por lo tanto, la ley ha dispuesto que sólo se puede generar el fraccionamiento o el aplazamiento por un periodo de 6 meses.
¿Cómo solicitar el fraccionamiento o aplazamiento de una deuda tributaria?
Una vez se tiene clara la situación del estado de la deuda, se procede a hacer la solicitud como tal, mediante un documento escrito en donde se detallan los motivos del aplazamiento o fraccionamiento. Además, debe añadirse el documento de identificación del deudor, sea persona física o jurídica, los datos bancarios y la garantía.
Esta última se trata de un bien o propiedad con la que se da respaldo al acuerdo. Es decir, en caso de no pagarse el fraccionamiento con sus respectivas cuotas diferidas, se podrá ceder el bien que se pone como garante.
¿Cuándo se pierde el aplazamiento o el fraccionamiento?
No pagar en los nuevos plazos pactados según el aplazamiento o incumplir uno de los pagos de las cuotas diferidas puede ser suficiente para perder los beneficios. De hecho, se pueden desencadenar embargos y sanciones.
¿Qué deudas tributarias se pueden aplazar o fraccionar?
Casi todas las deudas que se contraigan con Hacienda pueden ser fraccionadas o aplazadas, salvo unas cuantas excepciones. Esto quiere decir que todo aquel compromiso financiero que se tenga de carácter público puede ser prolongado o dividido para su pago.
¿Qué deudas no se pueden fraccionar ni aplazar?
Como en muchas leyes, hay excepciones. Para este caso, no podrán aplazarse ni fraccionarse las deudas que se tengan por la ejecución de recuperación de ayudas del Estado, las de impuesto sobre sociedades o aquellas que se tengan en materia de impuestos por ingresar dinero a una cuenta bancaria.
Tampoco se podrán fraccionar o aplazar las deudas que se tengan como créditos contra la masa. Recordemos que estos son los pagos más prioritarios que se realizan en un concurso de acreedores.
¿Se puede solventar una deuda tributaria con la Ley de la Segunda Oportunidad?
Consideramos que es la mejor manera de hacerle frente a las deudas de carácter público cuando se ha perdido la capacidad adquisitiva o la estabilidad financiera.
Desde este 2022, la Ley de la Segunda Oportunidad modificó varias de sus cláusulas, haciendo que se puedan perdonar deudas hasta por un monto de 10.000 euros con Hacienda.
En conclusión, el fraccionamiento y aplazamiento de deudas tributarias consiste en dividir las deudas y pagar a cuotas o extender el plazo del pago de la deuda, respectivamente. Pero, al no ser un mecanismo habitual, debe solicitarse ante Hacienda, con su respectiva justificación. Si las deudas son inasumibles, con la Ley de la Segunda Oportunidad se puede perdonar una gran parte de las mismas.
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